POR: JORGE ENRIQUE PAVA QUICENO
La semana pasada visitamos las instalaciones de la Industria Licorera de Caldas y recibimos información detallada de la forma como se está manejando la empresa; sus avances tecnológicos; la cualificación de las materias primas; los procesos surtidos en el laboratorio donde se hace un estricto control sensorial y químico de los insumos; y la rigidez con la que se examinan uno a uno los procesos para obtener productos que están penetrando mercados arrolladoramente.
Es muy grato asistir a esta nueva empresa y respirar un aire de optimismo y calidez, en un ambiente laboral donde lo principal es hacer las cosas bien, a traves de un personal altamente calificado.
En este espacio criticamos abiertamente las administraciones que amenazaron y penetraron la empresa con su ineptitud, maldad, ambición personal, movimientos oscuros, decisiones irresponsables, comportamientos delictuosos, y que se prestaron para deprimirla, minimizarla y devaluarla buscando rebajar su valor patrimonial y terminar entregándola a postores soterrados que la acechaban con avidez. En ese entonces demostramos con pruebas irrefutables lo que estaba pasando y elevamos denuncias que muy hábilmente supieron manipular; pero logramos salvar la Industria (que para Bruno Seidel era inviable), de esas garras ominosas que estuvieron a punto de arrebatarnos otra de nuestras fortalezas.
Hoy manifestamos lo contrario: la Industria Licorera de Caldas es nuestro mayor orgullo y lo que ha logrado esta administración merece el reconocimiento de todos los caldenses. Aquí no pueden primar las posiciones mezquinas ni politiqueras, y las tendencias partidistas no nos pueden enceguecer. Las cosas hay que llamarlas por su nombre y el hecho de que Luis Roberto Rivas esté en orillas políticas diferentes del suscrito, no es óbice para admitir que él y su equipo de trabajo, han logrado reposicionar la empresa de una manera admirable y que nos hace sentir orgullosos de lo nuestro.
Por eso también es oportuno rechazar los trinos del exgobernador Julián Gutierrez Botero, quien insiste en sembrar un manto de duda con respecto a la compra de alcohol a través de intermediarios, y pretende oscurecer con supuestas sospechas y con mentiras, una gestión envidiable. ¿Y cuáles son las mentiras? Dice Julián Gutiérrez, haciendo referencia a las compras de alcohol en el período en que fue gobernador y presidente del consejo directivo de la ILC: “Nosotros siempre compramos directamente a los productores y lo hicimos con Panamá, Bolivia y otro.”. ¡Falso! En el año 2014 la ILC recibió dos cotizaciones de precio de alcohol extraneutro, así: Alcoholes Andinos, representante del Ingenio Guabirá, por valor de 1,10 US$ litro; y Soderal cotizó 0,9622 US$ sin incluir IVA. (Incluyendo el IVA del 16 % se incrementaba a 1,10 US$ litro). Por invitación directa se le compraron a Soderal dos millones de litros de alcohol, a traves de un repesentante (intermediario) llamado Global Trade.
En el año 2015 se recibieron 3 cotizaciones: Alcoholes Andinos (representante de Guabirá) 1,10 US$ /L; Global Trade 1,1284 US$ /L; y Producargo 1,29 US$ /L. Se realizó una invitación a Soderal y Producargo, descartando a este último por no cumplir con el perfil sensorial, y firmándose entonces un contrato nuevamente con Soderal para la compra de 1.319.080 litros. (Curiosamente no se incluyó a Guabirá siendo el más económico).
En los años 2018 y 2019 la ILC compró 13.200.000 litros de alcohol a Guabirá, a través de su representante SILCOMPA, a un precio de 0,90 US$ /L, y a 0,92 US$ /L en el segundo semestre de 2019. ¿Qué es lo sospechoso, doctor Julián? Se está comprando alcohol a menor precio del que Usted lo compraba; a un proveedor válido para Usted en su época; con rigurosos controles de calidad; y con resultados comprobables de ser una materia prima óptima que permite la producción de los mejores licores del país. La ILC tampoco vende directamente sus productos al público, pues sus políticas obligan a negociar con sus clientes a traves de distribuidores. ¿Qué hay de malo en eso?
¿No será más bien otra manifestación de ese canibalismo caldense perverso? No, doctor Julián Gutierrez: Usted ya tuvo la oportunidad de manejar la ILC y la desperdició nombrando al peor administrador que haya padecido esta Industria. ¡No haga más daño, por favor!
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