POR: JORGE ENRIQUE PAVA QUICENO
En su comedia de la semana pasada (con lágrimas debidamente ensayadas), que denominaron la rendición de cuentas del alcalde de Manizales, Carlos Mario Marín, entre otras muchas mentiras y embustes, y refiriéndose a quienes le han venido criticando su deplorable administración, dijo: “Guardé silencio con unos bandidos que no se lo merecen…”.
El art. 67 del Código de Procedimiento Penal, contempla: “Deber de denunciar: …El servidor público que conozca de la comisión de un delito que deba investigarse de oficio, iniciará sin tardanza la investigación si tuviere competencia para ello; en caso contrario, pondrá inmediatamente el hecho en conocimiento ante la autoridad competente.”. ¿Será una obra de teatro barata, el escenario donde el alcalde emita sus supuestas denuncias, sin citar nombres, actores, delitos o hechos? ¿Quiénes son esos bandidos, cuáles sus delitos, dónde las cometieron, y cómo nos afectaron?
Se atrevió además a descalificar a nueve concejales de la ciudad porque supuestamente no habían recibido prebendas y, en consecuencia, le hundieron el presupuesto de 2021. Carlos Mario: ¿podríamos concluir entonces que los nueve concejales que sí votaron a favor de su proyecto, recibieron prebendas, dádivas y beneficios por su voto positivo?
Ya la ciudad se acostumbró a las mentiras sistemáticas de un alcalde que brilla por su mitomanía. Miente cuando dice que el sistema de cables y transporte está financiado, sin haber un Conpes, un documento formal, una promesa firmada o un respaldo efectivo; miente cuando dice que consiguió $ 32 mil millones adicionales para la Ptar (una Ptar que sacó a licitación con un presupuesto totalmente desfinanciado y que él mismo votó en contra cuando era concejal); miente cuando dice que el responsable de Guardianas de la Ladera es Corpocaldas, para salir después a arrogarse su reimplantación; miente al promocionarse como el gestor y realizador de la recuperación del parque de Chipre, cuando quienes hicieron todo el trabajo y asumieron sus costos fueron los ciudadanos de la vecindad; miente cuando pregona licitaciones plurales, mientras las direcciona para los protegidos del capo Espejo; miente cuando dice combatir la corrupción, y le entrega la alcaldía y los entes descentralizados a una familia perversa, corrupta, maquiavélica y bandida. Miente cuando piensa; miente cuando actúa; miente cuando calla; miente cuando existe…
Pero, además, le acolita al capo Jorge Arturo Espejo Rivas que siga mandando desde la sombra. Le acepta su renuncia a dos juntas directivas (lo habíamos anunciado desde antes de que se presentaran), cuando en realidad es otra pantomima para que Espejo pueda dedicarse a liderar la bodeguita verde, y a implementar, sin vínculo alguno con la alcaldía, el acoplamiento de empresas tan importantes y millonarias como Erum (esperen el cambio de gerente por un personaje de otra latitud. ¿De apellido Salazar, acaso?), Aguas de Manizales, Infimanizales, etc., a su amaño, dirección indirecta y seguro detrimento económico.
¿Hasta cuándo vamos a aguantar tanta desvergüenza? Espejo puede seguir llamándome monotemático y ponerme los epítetos que se le antojen, pero de una cosa puede estar seguro: ¡no me callará! No le temo, no tengo precio, sus amenazas no me intimidan y su comportamiento grotesco no me asusta. Y tengo, además, las pruebas de todo lo que denuncio; por eso tal vez le mortifica tanto que tenga los ojos puestos en él y en el títere que terminará pagando penal y patrimonialmente sus descaros.
Alcalde: si en nuestro país operara la justicia, sus actos corruptos e irresponsables le hubieran traído ya consecuencias nefastas; pero, como estamos en uno donde a mayor perversidad, mayor impunidad, Usted ha hecho y deshecho en este larguísimo año de desgobierno. Pero eso no significa que esto sea eterno; los manizaleños estamos cansados de su multipolaridad, falsedad y corrupción; la ciudad reclama justicia, rigurosidad en las leyes y castigo severo. Y créame que, tarde o temprano, le llegará su turno. ¿Se atrevería Usted a aceptar el reto de los concejales César Díaz y Julián Osorio, que ofrecen sus curules si les demuestra sus acusaciones, a cambio de su silla si no es capaz de hacerlo? ¡Le pusieron muy alta la vara para medir la verdad de sus afirmaciones!
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